“Los obstáculos son parte de la vida. Ni siquiera los más poderosos y afortunados pueden escapar de esta realidad.”
Ejercer el derecho, conlleva una exposición constante al conflicto, a la búsqueda de soluciones, al detalle minucioso, a la presión de los plazos y a una profunda responsabilidad frente a clientes que depositan su confianza en nuestro criterio, donde si bien pueden existir casos que nos generen distintas emociones, debemos aprender a verlos con imparcialidad y serenidad, a fin de encontrar la solución más objetiva, legal y justa.
Como abogada especializada en derecho de seguros en Ecuador, he recorrido un camino lleno de exigencias y retos intelectuales, donde pese a las emociones que pueda sentir, debo aprender a reaccionar, sin dejar que la emoción dirija mi juicio. En medio de este proceso, encontré en la Agenda del Diario para Estoicos una herramienta de valor incalculable, que no solo me ha ayudado a fortalecer la forma en la que estructuro mi pensamiento y a reforzar mis convicciones éticas, sino a velar por mi bienestar mental y emocional.
A nivel profesional, la Agenda del Diario para Estoicos, escrito por Ryan Holiday y Stephen Hanselman, propone un ejercicio diario de reflexión basado en enseñanzas milenarias de filósofos como Marco Aurelio, Epicteto y Séneca.
Este Diario fue un regalo y, al inicio lo consideré como un simple cuaderno de frases inspiradoras y journaling, pero pronto se convirtió en un espacio de reflexión íntima y profesional, llegó a mis manos en medio de la pandemia de COVID-19, cuando como abogada en materia de seguros, transité jornadas extenuantes y, me enfrenté a decisiones estratégicas bajo presión, palpando de cerca la realidad humana que conllevaba de la pérdida de los seres queridos.
Frente a ese escenario, leer una breve reflexión estoica cada mañana, me permitía situarme en el presente y, recordar que el control está en mis acciones, no en el resultado, ni en el futuro incierto, recordando que, tal como lo consideran los estoicos: el miedo hace que nos sintamos en peligro y, eso limita nuestra capacidad de actuar eficientemente. Estos lineamientos tan sencillos han sido claves para mantener la serenidad no solamente ante los casos retadores, sino en mi vida personal y familiar.
Como abogada del sector asegurador, una parte sustancial de mi trabajo implica interpretar normas, identificar riesgos contractuales y argumentar con el debido fundamento la posición de mis clientes. El ejercicio de escribir a diario, motivada por una frase o concepto estoico, fue de gran ayuda para fortalecer mi capacidad de reflexión, análisis y razonamiento lógico. Me obligó a pensar con calma, a cuestionarme y, a detectar cuando mi juicio personal, puede nublar una interpretación jurídica.
La filosofía estoica, me permite recordar que el derecho no es solo una herramienta, es una vía para servir, para ordenar y para proteger, ya que los estoicos enseñan: “el hecho de obrar bien ya es, en sí mismo la recompensa. Hacer lo correcto y saber que hemos ayudado a alguien es suficiente”.
A nivel personal, uno de los mayores desafíos que enfrentamos las mujeres abogadas y, aún más quienes somos madres, es la constante autoexigencia, la necesidad de responder con excelencia, de cumplir con todos, mantenernos emocionalmente disponibles en todos los frentes, esto puede fácilmente volverse abrumador.
La Agenda del Diario para Estoicos, permite construir un espacio de pausa diaria, donde reconecto conmigo misma y cuestiono el diálogo interno de “todo depende de mí”, me ayuda a entender que hay eventos fuera de mi control y que debo actuar con serenidad y no con perfección, lo que hace que afronte las situaciones con mayor compasión hacia mí misma, reduciendo mi nivel de frustración, cuando no obtengo el resultado esperado. Ahora entiendo que no puedo hacerlo todo y, que mi fortaleza no está en resistirlo todo, sino en aceptar que tengo límites.
Esta Diario ha sido mucho más que un recurso de bienestar, ha sido un recurso que me ha permitido equilibrar mi mundo profesional y mi crecimiento personal. Ha sido un mecanismo de ayuda para ser una abogada más centrada, una mujer más equilibrada y una madre más presente.
En una profesión donde la mente es la herramienta de trabajo, esta práctica diaria permite recordar que debemos mantener la ecuanimidad, sin dejarnos llevar por los impulsos, ni por el futuro incierto sobre el que no tenemos control.
Recomiendo sinceramente esta guía a cualquier abogado que, como yo, busque no solo hacer bien su trabajo, sino vivir con mayor sentido, propósito y paz interior.